martes, 30 de julio de 2013

Capitulo.10

{Justin}

Fui a ver a Ryan, él estaba en la 215, piqué a la puerta no sé cuantas veces intentando joderle hasta que este abriera la maldita puerta.

Tras un minuto largo la puerta se abrió y entonces apareció Ryan con cara de sobado, reí, y entré sin más. Me dejé caer en su cama y lo miré muy sonriente, él frunció el ceño intentando descubrir el porqué de mi sonrisa.

— ¿Porqué sonríes de esa forma tan idiota? —Preguntó él.
— ¿Cómo sonrío?
— No sé, medio raro. —Dijo riendo a la vez que se sentaba en el sofá chocolate.

Sonreí al recordar a Beca bailando de esa forma que podría volver loco a cualquier hombre. Realmente me fascina la idea de bailar con ella, creo que es una muy buena bailarina, realmente genial, mejor que yo.

— Nueva bailarina. —Reí pasando una mano por mi cabello despeinado.
— ¿Está buena?
— Ryan —Hice una pausa. — ¿Crees que si no estuviese buena estaría tan feliz?
— Oh, ya lo entiendo todo, ella es el motivo de esa sonrisa. —Susurró moviendo sus cejas.
— Bueno, tampoco te pases, solo está buena y baila increíble, se mueve condenadamente sexy, me pregunto cómo se debe de mover en la cama. —Reí entre dientes.
— Cabrón, te la quieres follar.
— Me la voy a follar —Dije corrigiéndole él rió.
— Bueno, ¿es de esas facilonas?
— No lo sé.

No había pensado en eso, mi plan era follármela, no podía dejarla escapar, cada vez que camina sus caderas hacen un vaivén increíble y apuesto a que vuelve loco a cualquier hombre. Su novio debe de ser muy apuesto, pero seguramente no tanto como yo, es más creo que puede caer rápido, solo necesito entrar en el juego.

— Tiene novio. —Añadí.
— Uf, entonces quizás no sea tan fácil. —mordió su labio.
— Vamos, dime que chica no ha caído. —Reí.
— Pero no la conoces Bieber, quizás ella no es como las otras que les importa una mierda eso de estar con pareja, ya sabes, quizás ella si es fiel, no como tú.
— Ya, lo que sea, me la voy a follar.
— Ya lo veremos.
— ¿Apostamos?
— Eso está hecho, ¿Para cuando crees que te la habrás follado?
— Hm… Solo dame tiempo a que empiece la gira.
— ¿Qué diablos estás planeando? —Sonrío de lado.
— Voy a hacerme su amigo, después si ella sabe que soy de confianza quizás se suelte.
— ¿Solo eso? ¿Qué me darás cuando gane?
— ¿Darte? Yo ganaré, y si el plan se queda corto entonces haré que se enamore de mí, después le soltaré el royo de que yo estoy loco por ella, le haré creer que es la persona más importante, así que después vendrá el sexo amigo. —Sonreí al imaginar la escena.

Ryan rió al ver mi respuesta, yo miré mi móvil y fruncí el ceño al ver un mensaje de Selena “Amor, mañana hacemos 5 meses, eres la persona más importante, espero que no lo hayas olvidado, de todas formas nunca lo recuerdas, sé lo muy liado que estás así que no lo tomo en cuenta, te amo.” Mierda, mañana hacia 5 meses ya de que había salido con Selena, no lo había recordado, en realidad si estoy algo liado, pero nunca lo recuerdo porque no lo sé… No… Para mí no es muy importante. Soy un pésimo novio, creo que no nací para tener novia, simplemente para vivir sexo desenfrenado con chicas 10. No digo que Selena no sea una chica diez, al contrario, ella es preciosa, y adoro su forma de ser es muy dulce, y es la novia que todo chico desearía tener, pero simplemente yo creo que no soy lo que ella necesita, soy muy poco para ella, no sé llevar una relación… De hecho nunca he tenido ninguna relación aparte de Caitlin, pero eso no lo tomo muy en cuenta ya que éramos apenas unos críos. Creo que Selena merece a un chico mejor que sepa darle lo que ella quiere, una vida de pareja normal que por supuesto yo no puedo darle. La amo pero siento que esto de ser novio es una maldita basura, no me siento a la altura de lo que ella busca, y ella no me da lo que quiero, yo solo quiero sexo y como apenas nos vemos por el trabajo solo lo tenemos cada dos semanas, y eso es muy poco para mi, por ello me voy con otras, yo no puedo aguantar todo eso por mucho que la ame.

{Beca}

“So ladadidadi we like party…” Entre abrí los ojos, mire hacia el lado derecho de la cama, allí estaba el móvil sonando a la vez que vibraba “Brian” figuraba en la pantalla de este. Como pude lo cogí a pesar de que aún tenía los ojos medio cerrados y pegados.

“Hola” Sonreí a la vez que contestaba, al momento él me respondió “Hola cariño, ¿cómo estás?” y no sé cómo pude notar que el de alguna forma sonreía. “Bien, acabas de despertarme.” Dije incorporándome para segundos después buscar mis zapatos bajo la cama. “Lo siento, en realidad hubiese sido mejor despertarte a besos ¿no crees?” sonreí como una verdadera tonta al oír eso. “Sí la verdad… Espero que pronto pueda verte.” Suspiré mientras colocaba mis bambas y las ataba. “Sí, pero piensa que vas a estar un año fuera…” tragué saliva, era cierto, muchas cosas podían suceder, pero yo como cual niña inocente esperaba que lo nuestro no acabara jamás. “Bueno, creo que el tour pasará por California, así que podríamos vernos allí” Aseguré esperando que él aceptase. “Oh sí, claro, en cuanto vengas avísame, no podré esperar a abrazarte pequeña.” Reí, al momento escuché como él también reía. Me levanté y mientras hablaba con él por teléfono retocaba mi cabello frente a un bonito espejo con adornos color marfil.

Hablamos por un largo rato, le conté lo sucedido estas últimas horas, él estaba muy feliz por mí, pero aún así notaba como una parte de él estaba triste por no poder tenerme entre sus brazos.

Tuve que dejar de hablar con él al escuchar que llamaban a mi puerta, colgué de inmediato el teléfono avisándole que no podía seguir hablando, guardé el móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón y me dirigí a abrir la puerta.

Tras esa puerta de madera blanca se encontraba Justin parado, este llevaba unas gafas de cristales negrizcos y una gorra roja de los Chicago, ¿él es de ese equipo? Sonreí a la vez que fruncía el ceño, no lo esperaba ahora.

— ¿Ocurre algo? —Pregunté un tanto alarmada.
— Oh, no, nada, solo quería saber si te apetecía ir a dar una vuelta, me gustaría ir a tomar helado, hace calor. —Sonrío encogiéndose de hombros, yo sonreí.
— Claro, porqué no, dame unos segundos.

Caminé hacia una de las sillas que había en la habitación, agarré una pequeña mochila negra y coloqué ahí adentro mi cartera, mis gafas de sol y algunas cuantas cosas más. Palpé mi bolsillo para asegurarme de que llevaría el móvil, seguidamente le sonreí a Justin, este estaba parado en la puerta mirando cada movimiento que yo hacía.

— Listo ¿Vamos? —Sonreí.
— ¿Podrás ayudarme en algo? —Preguntó algo nervioso, supe que estaba nervioso porque no dejaba de jugar con sus manos.
— Claro, dime.
— Supongo que sabes que estoy con Selena. —Dijo haciendo una mueca a lo que yo respondí con una risita y asentí mientras caminábamos hacia la puerta principal del hotel. — Pues resulta que mañana hacemos 5 meses de novios y no sé que regalarle.

5 meses de novios ya, vaya, si que pasa rápidamente el tiempo.
A penas pensaba que era ayer cuando me enteré por la tv que ellos andaban juntos. Suspiré al recordar mi relación con Brian y le sonreí volviendo a mi estado normal.

— Déjame adivinar… No lo recordaste. —Él rió y negó. — Pues… ¿Qué tal unas flores?
— Si bueno, pero eso ya le regalo a veces… No sé, algo más para lucir digo. —Hizo una mueca.
— ¿Una joya? —Fruncí el ceño.
— Sí, pensé en ello, ¿te gustaría acompañarme a la joyería después del helado?
— Claro. —Sonreí.
— Genial, así me ayudas a elegir el regalo. —Rascó su nuca, íbamos a salir del hotel cuando paró en seco justo a unos metros de la puerta.
— ¿Qué ocurre? ¿Beliebers?
— No lo sé, diría que no, puede que solo prensa. —Suspiró pesadamente.
— ¿No te gusta que tus fans te reciban?
— Bueno, es muy pesado, no entiendo porqué gritan tanto, no soporto que hagan eso.
— Pensaba que amabas salir a saludarlas.
— La televisión es una cosa, la realidad es otra Beca. —Puso su mirada en mi, a pesar de que llevaba esas gafas de cristal oscuro juraría que su mirada era fría.

Ahora mismo si yo fuese una de sus fans me sentiría completamente ofendida por lo que él acababa de decir. No era muy bonito por su parte decir eso después de que gracias a ellas tenía todo tipo de lujos por no decir que gracias a ella era alguien importante.

— No creo que hayan Beliebers Justin, como tú has dicho gritarían y no se siente nada. —Caminé hacia la puerta para seguidamente abrirla.

Efectivamente ahí afuera no había nadie, excepto personas normales que paseaban por las ramblas. Le hice un gesto a Justin para que viniese, así hizo, caminamos juntos él iba bromeando y contándome cosas que haríamos durante el tour y lo muy orgulloso que estaba al tenerme en las “Bieberettes” al parecer así llamaba Justin a sus bailarinas. Él me contó cosas sobre Selena y demás, al igual que me hizo contarle sobre Brian, prácticamente parecía que nos conociéramos de toda la vida y eso me causaba gracia.

Al llegar a la heladería Justin abrió la puerta para que entrase yo primero, seguidamente entró él, quedamos viendo todos los sabores que había hasta que la dependienta nos atendió y claramente reconoció a Justin a pesar de sus gafas.

— ¿Justin Bieber? —Susurró la rubia.
— Sí, ese soy yo. —Dijo con orgullo.
— ¿Puedo tomarme una foto contigo?
— Si claro, pero primero si no te importa ¿podrías atendernos? Uno de chocolate y otro de vainilla. —Señaló los helados.

Quedé callada observando todo, lo miré sorprendida ante aquella respuesta y le sonreí incómodamente a la chica rubia que algo desilusionada rellenaba el cucurucho de helado. Al acabar nos los entregó, iba a sacar mi cartera cuando Justin se adelantó pagando los helados, yo lo miré con fastidio y negué con mi cabeza. Como dijo Justin tras despacharnos se tomó la foto con la chica que muy contenta volvió a su trabajo tras darle las gracias a Justin.

Salimos de la tienda y caminamos por la plaza mientras comíamos de nuestros helados. Yo intentaba hablarle sobre lo ocurrido, me gustaría poderle hacer entrar en razón de que lo que contesta no está bien. Juraría que esa chica de unos 22 años era Belieber y de seguro que él notó el cambio de humor de la chica al oír la respuesta de su ídolo ante la propuesta de una simple foto.

— ¿Porqué no me dejaste pagar a mi? —Intenté romper el hielo.
— No sería muy correcto dejarte pagar unos simples helados.
— Como tú muy bien has dicho son unos “simples” helados. —Dije resaltando la penúltima palabra él río negando con la cabeza. — ¿Porqué trataste a la chica de esa forma?
— Estaba en horario de trabajo, no era plan ponerse a tomarse fotos con un famoso ¿no crees?
— Pero de seguro que era Belieber.
— ¿Qué más da? Ya tubo lo que quería, podrías darme la lata si me hubiera negado, pero ni aún así tendrías derecho a hacer eso porqué tú no eres yo, entonces no sabes por lo que paso a diario.

Abrí los ojos y suspiré intentando de ignorar su respuesta. Al cabo de unos minutos de terminar los helados caminamos hacia una de las joyerías, quedé anonadada con tanto diamante y por supuesto era como estar en el paraíso.

— ¿Les puedo ayudar? —Preguntó el joyero.
— Sí, ¿podía sacarme las joyas más caras que tenga?
— Claro. —El señor se marchó hacia el almacén.
— ¿Sabes? Yo creo que el precio no importa, simplemente el detalle. —Dije mirando las joyas del escaparate, él sonrío.
— Pero de todas formas no creo que ella se conforme con unos simples pendientes o collar, de esos ya tiene de todos los tamaños, formas u colores. —Explicó mientras golpeaba débilmente el mostrador al ritmo de al parecer una canción.

El joyero regresó con unas diez cajas de color granate, las abrió y entonces mis ojos se iluminaron ante esos preciosos diamantes. Tragué saliva y miré a Justin, este me miraba, una risita escapó de sus labios, movió la cabeza en señal de saber cual me gustaba.

Señalé un collar, este era dorado, algunas perlas blancas y azul agua caían de él, era muy fino y elegante. Él sonrío y preguntó si podía comprobar cómo quedaba puesto, el hombre asintió entregándoselo con mucho cuidado.

Justin me miró, entonces entendí que él lo quería probar en mí, tragué saliva, aparté mi cabello llevándolo todo a un lado, dándole acceso a mi cuello. Segundos más tarde noté como ese delicado collar se posaba sobre mi cuello. Me miré en uno de los espejos que el mostrador poseía, con una sonrisa miré a Justin y pude ver como este no dejaba de sonreír.

— Es precioso. —Dije observándolo frente al espejo.
— Sí, pero creo que he cambiado de idea, no creo que una joya sea el regalo para Selena.
— Vaya, es una lástima, es perfecto. —Susurré desabrochándolo con mucho cuidado mientras se lo entregaba al joyero.
— ¿Entonces nada? —Interrumpió el hombre mientras lo volvía a colocar en la caja color granate.
— Sí, me lo llevo, no se preocupe. —Dijo con una bonita sonrisa.
— ¿Has vuelto a cambiar de opinión?
— Te queda mucho mejor a ti, así que bueno, es un regalo.
— ¿Qué? No, no lo puedo aceptar. —Dije negando con la cabeza a la vez que reía como tonta.
— En tu cuello es perfecto Beca, vamos, acéptalo. —Hizo una pausa. — Tome. —Sacó de su cartera una tarjeta de crédito y se la dio al dependiente, este la pasó por una maquina y al momento le dio la joya.
— Vaya idiotez más grande Justin. —Negué saliendo junto a él de la tienda.
— Pero si se ajusta a la perfección a tu cuello, ha sido echo para ti.

Rodee los ojos y reí nerviosa, no podía creerlo, ahora tenía una joya que seguramente valía más que toda mi casa, seguramente la vendería más adelante para ayudar a mamá, ya que vamos justos de dinero.

Justin vio a lo lejos unos paparazi que rápidamente venían hacia nosotros corriendo mientras tomaban algunas fotos. Él sacó su móvil y tecleó algo que no logré ver. Agarró mi mano y susurró que ocultara mi rostro si no quería mañana salir como “La nueva novia de Justin Bieber” Él cabizbajo me hacia andar rápidamente hacia la carretera mientras ignoraba el interrogatorio que la prensa hacía. Al cabo de unos minutos un coche plateado apareció, Justin abrió como siempre muy caballeroso la puerta de atrás, después entró él.

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